Lore
- The Ancient Maraketh
- Keth
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Garukhan tiene su nido cerca. Lo que daría por revivir los tiempos mejores del antiguo Keth, cuando manteníamos a los mortales en el lugar donde pertenecen.
Tangmazu, La cantera
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"Un sencillo adorno de los días en los que el imperio del comercio de Keth
era la gloria del mundo. Los protectores de las puertas enormes los llevaban." -
"Savia del árbol Aturi, conocido por crecer solamente en la unión de los siete ríos.
Después de su desaparición, nada ha alcanzado su maravilloso aroma." - The Faridun
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Nenet pertenece a un pueblo que actualmente se hace llamar faridun. Son nuestras sobras. Aquellos que nosotros, los maraketh, abandonamos a su suerte en el desierto cuando eran niños por no ser dignos o tener fallas. No pienso nada malo de Nenet. No pienso en ella en absoluto.
No soy cruel, exiliado. Es solo que los grupos dispersos de parias vagando por el desierto no tienen ningún efecto en el mundo. No encontrará el hogar que desea entre estos malvivientes. -
Estoy honrada, exiliado, de que alguien con tu fuerza se digne a hablarme, y ni hablar de ayudarme. Soy una marginada, y es esa posición la que me impulsa a esta misión. He viajado mucho, por muchos años, para encontrar recursos y aliados para cumplir mi objetivo. Y aquí estoy, frente a ti, y estoy lista.
En mi hogar, las Llanuras de Vastiri, los maraketh no tienen compasión por los débiles ni los supuestamente inútiles. Los otros marginados me encontraron y criaron, y aunque nuestras vidas son difíciles, tenemos una exigua cultura propia. Nos hacemos llamar faridun. Los maraketh creen que no valemos nada, que tenemos fallas, pero estoy convencida de que puedo probar que esto no es cierto.
Hay una leyenda en mi pueblo que habla sobre un guerrero osado que hace miles de años trató de unir a los campamentos faridun dispersos en uno solo. Su nombre era Jamanra, y quería unificarnos para que pudiéramos ser un pueblo. Si puedo probar que existió encontrando el Libro de Jamanra, entonces quizá pueda iniciar un desafío ritual con los maraketh para probar la valía de los guerreros faridun. Si tenemos éxito, ¡tendrán que aceptarnos nuevamente y recuperaremos las vidas que nos pertenecen! ¿Me ayudarás a recuperar mi hogar, exiliado? -
"Si podemos demostrar que Jamanra existió, entonces los faridun podrían tener una oportunidad de volver
a unirse a los maraketh. Yo, por mi parte, quisiera conocer a mi padres. Tengo muchas preguntas..." -
Jamanra existió, exiliado… y lo mataron. Las Sekhemas accedieron a reunirse con él para reconocer a la nación faridun, pero era un engaño. Lo envenenaron. Los supuestamente honorables y todopoderosos maraketh envenenaron a nuestro mayor líder.
Supongo que no debería haber esperado más del brutal mundo en que vivimos, exiliado. Tú y yo sabemos bien que la esperanza solo es una ilusión, y que la fuerza bruta es el único modo de lograr algo por uno mismo. En cualquier caso, gracias por ayudarme. -
"Los faridun no pueden ganar entierros en el cielo.
Tienen otros modos de mantener a los muertos." -
Señor de lo Salvaje, de lo feral y frenético,
de lo incivilizado, lo indomable, lo intocable. -
Hay rumores de que las cosechas de Lord Yriel, irrigadas con sangre, han crecido, pero sus frutos vuelven locos a los hombres. Miramos a nuestros niños en busca de respuestas. Un niño no puede cazar, pero puede proveer. El sabor es difícil de olvidar.
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Los antiguos rojos dejaron esta tierra estéril. Las cosechas crecieron atrofiadas y las enfermedades llenaban el aire. Si no alimentas a un animal este mirará con ojos hambrientos a sus hermanos y hermanas, y el hombre no es distinto. Las Fauces de Plaga y su gente pronto comieron a los suyos, devorando la mismísima esencia de vida de los jóvenes e inocentes.
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Boca de las Masas, cuya grandeza se propaga con nuestro aliento y nuestro toque,
quien alimenta a los hambrientos con quienes murieron de hambre, a los fuertes con los débiles. -
Algunas veces la muerte es una ladrona, rápida y más rápida aún con el filo. A veces es una vid, que crece lentamente y con creciente fuerza alrededor de tu cuello. Pero la muerte no es un juguete. La reina que no respira ha alzado un ejército de cuerpos sin almas. Sus acciones se burlan de la muerte y la convierten en poco más que un obstáculo para sus marionetas de carne.
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Ella, la de los Muchos Cuerpos, cuya carne nos une a todos,
cuyos susurros oscuros atraen nuestras almas, libres. -
La Mente Infinita, libre de las ataduras de la cordura,
cuya sed de conocimiento lo consume todo,
cuyas palabras nos erizan la piel. -
Mi Concilio.
El cielo se vuelve negro como la tinta.
Debemos reunirnos de inmediato, ya que temo que el fin se acerca.
He descubierto un tomo que ilustra ciertas técnicas prohibidas usadas para prolongar la vida mucho más que por los medios normales. Debemos fracturar nuestras propias almas, y mantener a salvo una pieza del ser de cada uno. Con esto, ninguno de nosotros morirá a no ser que todos muramos a la vez.
No viene sin un precio, ya que la vida concedida requiere pagarse con vida, pero no hace falta que sea la nuestra. Traigan a sus criados más leales y sanos y despidan al resto, porque nunca los volveremos a ver.
Dense prisa y no hablen del lugar a donde irán. La inmortalidad se encuentra a nuestro alcance, pero son incontables los que se arriesgarían a morir – que matarían – por conseguir una oportunidad de tener vida eterna.
-Inya -
Las mentes oscuras se esconden en lugares oscuros, pero no siempre fue así.
Los sabios gobernantes Rojos habían muerto hace tiempo, y los fuertes se alzaron con el poder. Pero un líder necio empuja a la gente hacia la ruina. Comenzó a ocurrir que la leche fresca del pezón estaba agriada, la hierba crecía dura y puntiaguda, y la carne caminaba por el mundo sin tener alma. Hinekora lanzó su red hacia nuevos reyes y reinas, pero cuatro de ellos se escurrieron a través de agujeros y huyeron hacia la oscuridad. Allí permanecen. Más allá del alcance de la Madre de la Muerte. Pero no más allá de su mirada.