Daresso me dio la gema, me besó y me prometió que estaría a mi lado para siempre. Canté para él. Canté por Oriath con la gema en mi garganta. La gema de Kalisa. La voz de Kalisa.
Canté en su eco, arias que alguna vez hicieron llorar al Imperio. Escuché las canciones de cuna de Kalisa en mis sueños. Me entregué a su música. Mente... y cuerpo.
Daresso me abandonó por Sarn y prometió que me liberaría de Kalisa. Le rogué para que no se fuera. Traté de mostrarle las maravillas de mi transformación y las hermosas hijas que pronto podría conocer. Él no lo pudo ver. Ninguno lo pudo ver. Escapé del odio de todos.
Cuando Daresso regrese voy a desechar su cura. Le enseñaré lo que es el verdadero amor. — Leer