Ya entiendo. Debo servir como el corazón moral de este lugar. Los otros están perdidos en la gula de sus objetivos. Se han convertido en simples adictos delirantes perdidos en una niebla de indulgencia, y solo pensar en eso me da náuseas.
Sigo luchando contra los horrores de las nieblas porque debo mantenerlos a raya. Los puros necesitan fuerza para imponer el orden en un mundo caótico, y no puedo dejar que gente de la calaña de Al-Hezmin o Drox propaguen sus sucios vicios.
Sí, soy la única libre entre nosotros en el salón de los espejos. Soy la única que todavía piensa con claridad. Debo sacarnos de aquí antes de que sea demasiado tarde... Soy la única que puede salvarnos.