He viajado bastante durante mi vida, como suelen hacer los traficantes. He visto cosas extrañas. He conocido individuos modestos, antipáticos y simplemente aterradores, generalmente en los bares. Creía ser valiente como pocos.
Lo que vi hoy me sacudió por completo. Emergió de la nada, como niebla rompiendo la superficie del agua, acompañado de docenas de cosas... amorfas. Sentí que mi corazón se helaba. Escalofríos en todo mi ser; realmente en todo mi ser. Sus brazos eran muchos y estaban entrelazados, su boca era como un abismo negro sin fin. Era el monstruo que estábamos persiguiendo.
Nunca antes había sentido tanto miedo. Solo por estar ante él, podía sentir que mi vida se desgarraba y se disolvía como azúcar en agua.
Ahora entiendo cuánto está en juego. Quería un propósito... y ahora tengo uno.