¡¿Qué demonios has hecho?!
— BannonIntro |
Lo has destruido y sin embargo… escucho la voz de Inocencia, suplicando perdón, pidiendo nuestra ayuda… tuya y mía. Lo escuché en el momento en el que el Alto Templario cayó, susurrando dentro de mi condenado cráneo, Su corazón latiendo dentro de mi pecho.
Inocencia ahora nos protege, sostiene la puerta contra la marea asesina que se precipita hacia nosotros. Quiere que pases por la puerta, para traer orden al caos que hay más allá.
No entiendo nada de esto. Hace unos momentos no era nada más que un soldado obedeciendo a su Alto Templario. Bannon el don nadie. Ahora… mi dios reside dentro de mi cabeza, y me dice que te deje pasar por esa puerta y que yo viaje hacia… la Torre del Capataz, si aún sigue en pie.
¿Sigue en pie? Bien. No sé lo que te está esperando ahí afuera, pero si sobrevives, te veré en la Torre del Capataz.
— Rescate |
Nos alegra que lo hayas conseguido. No, maldita sea, eso es demasiado extraño para soportarlo. Me alegra que lo hayas conseguido, e Inocencia me dice que necesito seguir ayudándote. Así que eso es lo que voy a hacer.
Sé todo lo que hay que saber acerca de armas y armaduras, y de todas las cosas relacionadas con los Templarios, si te interesa entender más sobre ese tema. Respecto a Inocencia… no lo sé. Algunas veces tiene sentido, otras veces… es un dios destrozado, pero se curará. Me aseguraré de ello.
— Introducción |
Estoy teniendo algunos problemas para explicarme. Nunca he sido el hombre más devoto, especialmente para ser un Templario. Soy más un soldado que un creyente. ¿Pero ahora? El mismísimo Inocencia se encuentra en mi interior. Su voz es débil, apenas un susurro, pero a pesar de ello tiene el poder de mantenernos a salvo del hambre de Kitava… al menos por ahora.
Por mi parte, simplemente estoy agradecido. Agradecido de que tengo a un dios vigilando mi espalda, y agradecido de que Él me haya otorgado el poder de vigilar la espalda de otros a cambio.
— Torre del Capataz |
Durante mucho tiempo, creí que las intenciones de mi Dios estaban siendo distorsionadas por sus supuestos sirvientes. ¿Hablé? No. La pira hubiese sido mi única respuesta. Hice lo que se me pedía y mantuve las líneas de la moralidad donde pude.
Ahora entiendo la verdad. No era la intención de Inocencia la que se estaba distorsionando. Era Inocencia en sí mismo, pervertido por las convicciones egoístas de los hombres y las mujeres que lo adoraban.
Un dios contesta a su creyente de la misma forma en la que el creyente contesta a su dios.
— Inocencia |
¿El Signo de la Pureza? Veamos… un báculo bañado en sangre inocente. No, perdón, bañado en la sangre de Inocencia. Sí, Inocencia dio parte de su ser divino al objeto y se lo regaló al Templario.
Ahora que lo pienso, leí un libro acerca de ello cuando era un cadete. Hace muchísimo tiempo. Me salté la mayoría de las páginas aburridas, así que solamente recuerdo la parte en la que el Alto Templario Maxarius “hirió con fuego al ejército de los infieles con un rayo de luz santificada”. Palabras del libro, no mías.
Además de mi humilde cuerpo, el Signo de la Pureza es todo lo que queda de Inocencia.
— El signo de la Pureza |
La devoción debe ser honrada, supongo. Durante siglos, los Templarios han hervido la carne y la piel de los devotos y han presentado los restos pulidos para el aprecio del público en el Osario.
Personalmente, creo que es una de las mejores formas de recordar a aquellos que nos han precedido. Al tocar estos huesos no recuerdas la leyenda, ni el legado, ni las mentiras. Te recuerda que esos huesos pertenecían a hombres o mujeres que eran como cualquier otro hombre o mujer.
— El osario |
Mentiría si dijese que mis manos están limpias de la sangre de la esclavitud. Era un soldado. Iba a donde Dóminus me ordenaba. Navegué con la expedición a Ngamakanui, maté a guerreros Karui y acorralé a cautivos Karui como cualquier otro bastardo con un uniforme de Templario.
Así que no culpo a Lani por querer retomar su libertad. Y tampoco la culpo por creer en las mentiras de Utula. Ciertamente he absorbido las suficientes falsedades de Dóminus como para envenenar mi alma.
Lo que hacemos ahora es lo que importa. Puedo ver que el corazón de Lani está en el lugar correcto, y por una vez en mi maldita vida, también el mío.
— Lani |
Para ser perfectamente honesto contigo, no confío en ella. Sí, tengo mis razones. Piedad mantenía su trabajo en silencio, pero sus resultados eran brutalmente visibles. La gente que tomó, la gente a la que… cambió. La mayoría esclavos, algunos de ellos “enemigos de Dios”. Más bien enemigos del maldito Dóminus. No me gusta hablar de bondad y maldad como si fuese blanco y negro, pero con Piedad y su calaña, hago una excepción.
Lo que sea que esté deambulando dentro de Vilenta, no es “bueno” ni por asomo.
— Vilenta |
Lani me ha contado un poco acerca de Utula y su culto hacia Kitava. Lo suficiente como para saber lo que Utula tiene planeado. Conseguir la caída de un dios para poder alzar uno propio. Y este Kitava, por lo que puedo entender a partir de Inocencia… no es del tipo benevolente.
Por favor, encuentra a Utula y detenlo. No estoy diciendo esto porque quiera poner a Inocencia de vuelta en su trono divino. Digo esto porque Oriath es mi hogar. Ha cometido algunos errores pero no se merece el destino que Utula tiene en mente.
— Utula |
{El gran sacerdote está muerto y sin embargo su objeto de devoción permanece. No hay ninguna duda, hiciste bien en traer al hombre transformado en monstruo a sus pies, pero no fuiste capaz de detenerlo antes de que pesque a su maestro de un río de sangre.
Maldita sea… lo siento, nunca se me dio bien “elevar la moral”. No me parece correcto suavizar los bordes de los ásperos hechos. Probablemente sea la razón por la que nunca logré ser capitán.
Aun así, he estado husmeando un poco por aquí y he encontrado el alijo de Utula. Era bastante urraca así que toma… sírvete tú mismo. Cuando se trata de cazar a un dios, supongo que cada pedacito cuenta.}{El gran sacerdote está muerto y sin embargo su objeto de devoción permanece. No hay ninguna duda, hiciste bien en traer al hombre transformado en monstruo a sus pies, pero no fuiste capaz de detenerlo antes de que pesque a su maestro de un río de sangre.
Maldita sea… lo siento, nunca se me dio bien “elevar la moral”. No me parece correcto suavizar los bordes de los ásperos hechos. Probablemente sea la razón por la que nunca logré ser capitán.
Aun así, he estado husmeando un poco por aquí y he encontrado el alijo de Utula. Era bastante urraca así que toma… sírvete tú misma. Cuando se trata de cazar a un dios, supongo que cada pedacito cuenta.}
— Utula |
No pido esto en el nombre de Inocencia. El entiende ahora la locura que sus devotos han traído a este mundo. Lo pido en el nombre de Oriath. Hay muchos que merecen lo que Kitava ofrece, y hay muchos más que no.
Pon un fin al salvaje reino de Kitava, porque queda mucho en esta tierra que vale la pena salvar.
— Kitava |
{¡Uf! Daría las gracias a Dios por tenerte, amigo mío, si no fuese porque tengo la soga al cuello. Sentí que realmente esta vez era mi turno de abandonar nuestro mundo.
Los cultistas de Kitava nos rodearon a Lani y a mi hace un rato… nos separamos y llevé a cabo una distracción para que ella tuviera más oportunidades para escapar. Lo gracioso es que debería haber pensado en mi propio plan para poder escapar una vez que la ayudé con el suyo…
En cualquier caso, es bueno verte de nuevo, exiliado. Sigamos hablando en un sitio más seguro. Nos reuniremos en los muelles.}{¡Uf! Daría las gracias a Dios por tenerte, amiga mía, si no fuese porque tengo la soga al cuello. Sentí que realmente esta vez era mi turno de abandonar nuestro mundo.
Los cultistas de Kitava nos rodearon a Lani y a mi hace un rato… nos separamos y llevé a cabo una distracción para que ella tuviera más oportunidades para escapar. Lo gracioso es que, debería haber pensado en mi propio plan para poder escapar una vez que la ayudé con el suyo…
En cualquier caso, es bueno verte de nuevo, exiliada. Sigamos hablando en un sitio más seguro. Nos reuniremos en los muelles.}
— Gracias |
Ah, qué bueno es verte volver.
Me miras con ojos sospechosos… Sí, sé que tienes tus temores sobre mí y mi nuevo espíritu interior, pero si ayuda en algo, siento a Inocencia revolverse dentro de mí, despertando con una extraña sensación de gratitud hacia ti.
Después de todo, fue tu fuerza la que lo devolvió a la humanidad y permitió que las vendas cayeran de sus ojos.
— Bienvenido de nuevo |
Mientras me tenían atrapado, escuché las locas habladurías de los cultistas. Sus palabras eran semejantes a las de los caníbales de Wraeclast, frases sin sentido acompañadas por las risas más inquietantes. Me temo que se han adentrado demasiado en la famosa costumbre de Kitava y han contraído la plaga de la risa que a menudo acompaña a los hombres y mujeres que eligen consumir la carne humana.
— Cultistas de Kitava |
{Como estoy seguro de que has notado, ese maldito dios, Kitava ya reside en los tejados como la última vez que viniste. No, el monstruo se ha aclimatado en Teópolis. Se ha montado una buena mesa de banquete para sí mismo. Parece creer que tiene que... consumir mucho para ponerse al día. Lo mejor que te puedo decir, es que su nueva residencia se encuentra a través de la destrozada Plaza de Oriath y pasando los canales, se la llama el comedero...
Presta atención a mi advertencia amigo mío, viaja con cuidado por ese lugar, porque los cultistas están buscando comida para que Kitava pueda devorar...}{Como estoy seguro de que has notado, ese maldito dios, Kitava ya reside en los tejados como la última vez que viniste. No, el monstruo se ha aclimatado en Teópolis. Se ha montado una buena mesa de banquete para sí mismo. Parece creer que tiene que... consumir mucho para ponerse al día. Lo mejor que te puedo decir, es que su nueva residencia se encuentra a través de la destrozada Plaza de Oriath y pasando los canales, se la llama el comedero...
Presta atención a mi advertencia amiga mía, viaja con cuidado por ese lugar, porque los cultistas están buscando comida para que Kitava la pueda devorar...}
— Kitava |
No te culparía por tener curiosidad acerca del dios que ahora se encuentra en mi interior. En verdad me honra haber sido elegido para ser el recipiente de Inocencia. Puede que escuches esto y pienses que sueno como un necio Templario piadoso, pero es difícil no convertirse en creyente cuando los dioses andan a tu alrededor y ciertamente cuando uno duerme en tu interior.
Sin embargo, no hay necesidad de temer, nuestro pobre dios de la pureza se arrepiente de las acciones de su pasado. No puedo verlo, pero puedo sentir su espíritu, herido y acobardado en algún lugar de mi interior. Por la noche, puedo oírlo lamentarse acerca de sus heridas. ¡Lo heriste de verdad! Pero, por mucho que sienta su dolor, también siento un nuevo comienzo en su corazón. Está creciendo de nuevo y recuperando la compasión por la humanidad que había perdido hace tanto tiempo.
— Inocencia |
El Aposento de los Pecados se encuentra exactamente donde lo dejaste, aunque es posible que cultistas y vándalos se hayan apoderado de él desde la última vez que lo visitaste. A Inocencia ya no le importa este lugar, de hecho, siento una dolorosa repulsión hacia él, razón por la cual no puedo ir yo mismo. Pero estoy seguro de que tú eres más que capaz de abrirte camino a través de ese templo roto una vez más.
— Aposento de Inocencia |
Si vas a adentrarte en la ciudad en su estado actual, ten cuidado por donde pisas. Los cultistas de Kitava están constantemente al acecho buscando sin cesar comida para su dios. Y lo que es aún peor, el camino hacia el banquete de Kitava está bloqueado por dos grandes portones. Los llamamos "Los Cuernos de Kitava" y son absolutamente impenetrables para los hombres.
Solo hay una forma en la que podemos llegar a Kitava y privarlo de su comida eterna. El Báculo de Avarius descansa en algún lugar entre los escombros del Aposento de Inocencia, todavía albergando su sagrado poder. Si consiguieses encontrarlo y devolvérmelo, creo que el poder del báculo nos dará el poder suficiente para abrirnos paso entre los cuernos.
— El Báculo de Avarius |
{Me temo que no he sido totalmente honesto contigo, amigo mío.
Si bien es cierto que este báculo puede abrir un camino a través de los cuernos de Kitava, su verdadero poder reside en la habilidad de poder revitalizar y despertar a Inocencia.
En este acto, me convertiré en su portador en el sentido más completo, y juntos, él y su hermano Pecado, serán capaces de aliarse contigo en contra de las fuerzas de la oscuridad.
Me despido de ti Exiliado, ya que no hay vuelta atrás desde el lugar a donde viajará mi espíritu. Gana esta batalla. Derrota a Kitava. Libera a nuestra gente.}{Me temo que no he sido totalmente honesto contigo, amiga mía.
Si bien es cierto que este báculo puede abrir un camino a través de los cuernos de Kitava, su verdadero poder reside en la habilidad de poder revitalizar y despertar a Inocencia.
En este acto, me convertiré en su portador en el sentido más completo, y juntos, él y su hermano Pecado, serán capaces de aliarse contigo en contra de las fuerzas de la oscuridad.
Me despido de ti Exiliada, ya que no hay vuelta atrás desde el lugar a donde viajará mi espíritu. Gana esta batalla. Derrota a Kitava. Libera a nuestra gente.}
— El Báculo de Avarius |
Cuando los cultistas tomaron el control de la ciudad, el mismísimo suelo se sacudió como si estuviese dañado por una oscura abominación. Los retorcidos cuernos de Kitava surgieron entonces de la tierra, como pilares de corrupción con forma de espiral, y crearon una barrera entre ellos que impide a los viajeros moverse a través de la ciudad.
— Los Cuernos de Kitava |
{¡Eh tú, exiliado! ¡Necesito de tus servicios una vez más! ¡Ayúdame!}{¡Eh tú, exiliada! ¡Necesito de tus servicios una vez más! ¡Ayúdame!}
— BannonCallOutA10 |
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