Grigor Topic /9 ⍟
NPCNombre
Hargan¿Ya conociste a Grigor? ¿Lo conociste? Piedad hizo un desastre con ese pobre bastardo. De cualquier modo, quiere hablar contigo. Dijo algo sobre una "Reina Gemita".
Hargan¿Ya conociste a nuestro bardo residente? Supongo que no. Prefiere estar solo. Te darás cuenta cuando lo veas. De cualquier modo, él quería hablar contigo. Murmuró algo acerca de una "Reina Gemita", sea lo que sea eso.
HarganNo puedo imaginar las cosas que habrá pasado ese bastardo. Es un milagro que Grigor no haya perdido su mente por completo. Te lo aseguro, habrá perdido algunos tornillos en el camino, pero aún hay mucho que vale la pena escuchar.
MaramoaGrigor está ubicado entre dos mundos. Un pie en este suelo, otro en la tierra del espíritu y la sombra. Cuando hables con él, asegúrate de saber desde qué mundo surgen sus palabras.
ClarissaNadie debería pasar por lo que pasó Grigor. Lo ayudo lo más que puedo, pero es orgulloso... y está bien que lo sea.

Sobrevivió a lo que ha destruido... a demasiados de nosotros.
MaramoaGrigor es la mariposa que ha perdido sus alas debido a un niño cruel, y este lugar de respiro se ha convertido en una jaula para su dolor, un caldo de cultivo de mala memoria. Hablamos y Grigor compartió su decisión conmigo. Ya no puede vivir con el tormento que Piedad le inyectó en su corazón.

Como el poeta guerrero que es, Grigor se ha aventurado hacia lo desconocido, para encontrar la cura para su cuerpo y su mente, o morir en el intento.
ClarissaMi corazón sufre por Grigor. Conozco la batalla que está librando. Es como la mía, una lucha para encontrarle sentido a la vida en una tierra que no le da valor alguno.

No sé a dónde ha ido, pero sé que se está buscando a sí mismo, a su verdadero ser, como todos deberíamos hacer llegado nuestro propio momento.
HarganGrigor se fue sin decirme una sola palabra, el maldito maleducado, pero sospecho que su alma poética ha sido atraída hacia su hogar, Ezomyr. Un largo viaje, pero una travesía que merece la pena recorrer para encontrar consuelo entre su propia gente. Sin duda se asombrarán al verlo. ¡Esperemos que el amor familiar sea tan miope como dicen!

Habrá muchas historias que Grigor les pueda contar, por supuesto. Ahora que lo pienso, ahora que Dóminus ha sido derribado de su trono, no hay nada que impida a los Ezomitas aprender una cosa o dos gracias a las historias de Grigor. Quizás incluso consideren invadir esta joya de la corona sin brillo de Wraeclast. Espero que tengan buen ojo para las oportunidades… un hombre podría ganar una buena suma ayudando a dichos invasores a abrirse camino hacia Sarn y a través de sus múltiples peligros.
Muro de Grigor
Grigor Text Audio /37 ⍟
Nombre
{Mantente a distancia, exiliado. Mi nombre es Grigor, y una vez que hayas terminado de deleitar tus ojos con mi corrupta imagen, dirige tus elegantes ojos hacia el este.

Una muchacha de cabello cobrizo y su novio. Se han metido en problemas.}{Mantente a distancia, exiliada. Mi nombre es Grigor, y una vez que hayas terminado de deleitar tus ojos con mi corrupta imagen, ¿qué tal si empiezas a mirar hacia el este?

Una muchacha de cabello cobrizo y su novio. Se han metido en problemas."}
— Clarissa
No te acerques, Bruja. Mi nombre es Grigor y, como puedes ver, ya he tenido suficiente con tu clase.

Así que una vez que hayas terminado de admirar el trabajo de tu hermandad, dirige esos helados orbes que traes por ojos hacia el este. Una muchacha de cabello cobrizo y su novio. Están desaparecidos, y podrían necesitar tus talentos más "útiles".
— Clarissa
{Mantente a distancia, exiliado. Mi nombre es Grigor, y una vez que hayas terminado de deleitar tus ojos con mi corrupta imagen, dirige tus elegantes ojos hacia el este.

Sí, trajiste a Clarissa a casa, y de nuevo me fastidia con su lástima. Hay un límite en la cantidad de sopa y flores que un hombre puede recibir. Para ser una criminal, Clarissa tiene un centro extrañamente blando.

De cualquier modo, no me gustaría ver cómo se endurece su corazón. Intenta encontrar a su novio perdido. Con él cerca, Clarissa no tiene mucho tiempo para molestarme.}{Mantente a distancia, exiliada. Mi nombre es Grigor, y una vez que hayas terminado de deleitar tus ojos con mi corrupta imagen, dirige tus elegantes ojos hacia el este.

Sí, trajiste a Clarissa a casa, y de nuevo me fastidia con su lástima. Hay un límite en la cantidad de sopa y flores que un hombre puede recibir. Para ser una criminal, Clarissa tiene un centro extrañamente blando.

De cualquier modo, no me gustaría ver cómo se endurece su corazón. Intenta encontrar a su novio perdido. Con él cerca, Clarissa no tiene mucho tiempo para molestarme.}
— Clarissa
No te acerques, Bruja. Mi nombre es Grigor y, como puedes ver, ya he tenido suficiente con tu clase.

Así que una vez que hayas terminado de admirar el trabajo de tu hermandad, dirige esos helados orbes que traes por ojos hacia el este.

Sí, trajiste a Clarissa a casa, y de nuevo me fastidia con su lástima. Hay un límite en la cantidad de sopa y flores que un hombre puede recibir. Para ser una criminal, Clarissa tiene un centro extrañamente blando.

De cualquier modo, no me gustaría ver cómo se endurece su corazón. Usa esos turbios talentos que posees para algo que valga la pena. Encuentra a Tolman, su novio perdido. Prueba que me equivoco con respecto a tu clase.
— Clarissa
Ya no sueño mientras duermo. Tengo una pesadilla, la misma una y otra vez. El Espejo. Nunca es mi reflejo el que me devuelve la mirada.

La primera vez que ese espejo apareció frente a mí, vi a Kole. Un violador de Oriath con quien tuve la desgracia de compartir una celda en la empalizada de Gravicius. Piedad lo tomó para sus experimentos y esa noche, vi su trabajo mientras dormía.

Esta vez, vi a Tolman. Piel curtida hasta parecer cuero. Órganos reducidos a cáscaras. Sangre goteando a través de su esqueleto como polvo rojo en un reloj de arena. Ese espejo es un regalo de Piedad hacia mí.

Al menos no veré a Clarissa la próxima vez que lo mire. Asegúrate de que no te vea a ti.
— Tolman
Escucha con atención, Bruja. Gracias a tu hermana de artes, Piedad, ya no sueño mientras duermo. Solo tengo pesadillas. La misma pesadilla una y otra vez. El Espejo. Nunca es mi reflejo el que me devuelve la mirada.

La primera vez que ese espejo apareció frente a mí, vi a Kole. Un violador de Oriath con quien tuve la desgracia de compartir una celda en la empalizada de Gravicius. Piedad lo tomó para sus experimentos y esa noche, vi su trabajo mientras dormía.

Esta vez, vi a Tolman. Piel curtida hasta parecer cuero. Órganos reducidos a cáscaras. Sangre goteando a través de su esqueleto como polvo rojo en un reloj de arena. Ese espejo es un regalo de Piedad hacia mí.

Al menos no veré a Clarissa la próxima vez que lo mire. Y solo por ese motivo, espero que tampoco seas tú.
— Tolman
Maramoa está segura de sí misma, y ese tipo de seguridad es la que te lleva a la muerte en Sarn. A tu muerte y a la de quienes te rodean.

Hargan tiene razón. No creas en nada que no puedas comerciar o comer.
— Maramoa
No confiaría en Hargan en una pelea, y no pondría las manos en el fuego por lo que dice, pero tiene un recurso útil: su obsesión por la autopreservación. Si Hargan considera que eres útil para mantener a su gordo ser con vida, hará casi lo que sea por ti.
— Hargan
Atravesé la mitad de este continente abandonado por una oda. Se llama {De Joyas y Eternidad}.

{Por promesas brillantes}
{De joyas y eternidad,}
{La Reina Gemita entregó su corazón}
{Y su cuerpo}
{Al Rey de las Sombras}
{Por un día más bajo el sol,}
{El último día bajo el sol.}

Esa es solo una parte del poema completo. "La Reina Gemita" vivió, y es el enigma detrás de la caída de los Ezomitas y de los Eternos. Ve al Templo de Solaris en el noreste. Encuentra los restos de la Reina Gemita antes que Piedad... y destrúyelos.
— La reina gemita
{La muerte llegó al pueblo.}
{Los Ezomitas rugientes vistieron rojo.}
{El rojo de la sangre,}
{El rojo del enfrentamiento.}

{La muerte llegó al pueblo.}
{Los Ezomitas llorosos vistieron negro.}
{El negro de la peste,}
{El negro del desaliento.}

{La muerte llegó al pueblo.}
{Los Ezomitas silenciosos vistieron gris.}
{El gris del ocaso.}
{El gris del decaimiento.}

Solo las islas de Skothe se salvaron. Una vez fue el remanso de mi orgullosa civilización. Hoy... es todo lo que queda de los Ezomitas.
— Los ezomitas
La Reina Gemita está... imposible. ¿Cómo sobrevivió? ¿Por qué no es parte de los Imperecederos? No, no; esas preguntas pueden esperar. Hay algo más urgente. ¿Está a salvo de la Legión de Ébano?
— La reina gemita
{Estuviste ocupado. Con el carrete donde pertenece, las Cintas deberían ser capaces de mantener a la Legión de Ébano a raya. Los dos hemos visto lo que pueden hacerle a un hombre.

Ya sea que hayas salvado tu propio pellejo o que hayas pensado en otros, me importa poco. Has estado en presencia de la Reina Gemita. Yo solo espero encontrarla en mis pesadillas.}{Estuviste ocupada. Con el carrete donde pertenece, las Cintas deberían ser capaces de mantener a la Legión de Ébano a raya. Los dos hemos visto lo que pueden hacerle a un hombre.

Ya sea que hayas salvado tu propio pellejo o que hayas pensado en otros, me importa poco. Has estado en presencia de la Reina Gemita. Yo solo espero encontrarla en mis pesadillas.}
— El carrete de cintas
Esas sí que son malas noticias. Si Gravicius tiene el Carrete de Cintas entonces es solo cuestión de tiempo hasta que la Legión de Ébano atraviese las Cintas ensangrentadas. En ese momento tendrán a la Reina Gemita, una personificación del cataclismo.
— El carrete de cintas
{Piedad muere rodeada de sus abominaciones, su retorcido sueño la provoca y se encuentra fuera de su alcance. Como el poeta que soy, me agrada ese estilo de justicia.

Aquí tienes, el ejecutor necesita una recompensa.}{Piedad muere rodeada de sus abominaciones, su retorcido sueño la provoca y se encuentra fuera de su alcance. Como el poeta que soy, me agrada ese estilo de justicia.

Aquí tienes, la ejecutora necesita una recompensa.}
— Piedad
{Desafortunadamente, Piedad era un simple títere de una fuerza mayor. Cortaste los hilos, pero el titiritero perdura: Dominus.

Escuché a los Guardias Negros hablar sobre la llave que tomaste. Es la única llave al Cetro de Dios, en el límite norte del campamento de los Guardias Negros. Solo a Piedad le permitían tenerla.

Dominus llegó a su laboratorio en la cima de la torre mediante un sistema de poleas sobre la pared exterior. Tendrás la entrada prohibida a ese lugar, y no he oído de nadie, ni siquiera Piedad, que haya podido entrar o salir de los niveles inferiores.

Ve con cuidado, exiliado. No puedo imaginar qué puede haber dentro de esa torre si hasta Piedad y Dominus tuvieron miedo de caminar por allí.}{Desafortunadamente, Piedad era un simple títere de una fuerza mayor. Cortaste los hilos, pero el titiritero perdura: Dominus.

Escuché a los Guardias Negros hablar sobre la llave que tomaste. Es la única llave al Cetro de Dios, en el límite norte del campamento de los Guardias Negros. Solo a Piedad le permitían tenerla.

Dominus llegó a su laboratorio en la cima de la torre mediante un sistema de poleas sobre la pared exterior. Tendrás la entrada prohibida a ese lugar, y no he oído de nadie, ni siquiera Piedad, que haya podido entrar o salir de los niveles inferiores.

Ve con cuidado, exiliada. No puedo imaginar qué puede haber dentro de esa torre si hasta Piedad y Dominus tuvieron miedo de caminar por allí.}
— El cetro de Dios
{Desafortunadamente, Piedad era un simple títere de una fuerza mayor. Cortaste los hilos, pero el titiritero perdura: Dominus.

¿Tienes la llave de Piedad? ¿No? Escuché a los Guardias Negros hablar sobre ella. Es la única llave al Cetro de Dios, en el límite norte del campamento de los Guardias Negros. Solo a Piedad le permitían tenerla.

Dominus llegó a su laboratorio en la cima de la torre mediante un sistema de poleas sobre la pared exterior. Tendrás la entrada prohibida a ese lugar, y no he oído de nadie, ni siquiera Piedad, que haya podido entrar o salir de los niveles inferiores.

Si encuentras la llave, ve con cuidado, exiliado. No puedo imaginar qué puede haber dentro de esa torre si hasta Piedad y Dominus tuvieron miedo de caminar por allí.}{Desafortunadamente, Piedad era un simple títere de una fuerza mayor. Cortaste los hilos, pero el titiritero perdura: Dominus.

¿Tienes la llave de Piedad? ¿No? Escuché a los Guardias Negros hablar sobre ella. Es la única llave al Cetro de Dios, en el límite norte del campamento de los Guardias Negros. Solo a Piedad le permitían tenerla.

Dominus llegó a su laboratorio en la cima de la torre mediante un sistema de poleas sobre la pared exterior. Tendrás la entrada prohibida a ese lugar, y no he oído de nadie, ni siquiera Piedad, que haya podido entrar o salir de los niveles inferiores.

Si encuentras la llave, ve con cuidado, exiliada. No puedo imaginar qué puede haber dentro de esa torre si hasta Piedad y Dominus tuvieron miedo de caminar por allí.}
— El cetro de Dios
Victario, un colega, luchador de las palabras. Escribió muchas súplicas a los Ezomitas, en las que rogaba nuestra asistencia para ayudar al Alto Templario Voll a derrocar al Emperador Chitus.

Eso fue hace siglos. Las palabras de Victario tenían mucho poder en ese entonces. Imagino que aún lo tienen.
— Victario
Piedad es una genio que esculpe mera arcilla humana para crear Gemitas "divinos". AL menos eso es lo que me dijo cuando me abrió y enterró una Gema de Virtud en mis entrañas.

Malachai hizo lo mismo en nombre del Emperador hace siglos. Los Gemitas de Chitus aún reinan en Sarn. Ahora los llamamos los Imperecederos.
— Gemitas
Traté de penetrar en el Templo de Solaris en el noreste. Casi logro que me maten las Cintas ensangrentadas que custodian el lugar. Son tapices flotantes bizarros; criaturas de tela y taumaturgia. Afortunadamente, algunos legionarios se pusieron en el camino. Mientras las Cintas los destripaban yo corrí... directo hacia Gravicius.

Me arrastró a través del puente hacia el Templo de Lunaris en el oeste, y me puso al "amable cuidado" de Piedad. No dijo nada durante todo ese tiempo. Yo no era más que un botín de guerra para él.
— General Gravicius
Más allá de todo lo que has hecho, dejar vivir a Piedad es amenazar la existencia de todo ser vivo en este continente.

Mira al oeste del campamento de Gravicius. Encontrarás a Piedad en el Templo de Lunaris, escondiéndose detrás de sus profanaciones.
— Piedad
Los Eternos adoraban al Sol y a la Luna como los dos ojos de su Dios. El ojo derecho, Solaris la Jueza. El ojo izquierdo, Lunaris la Compasiva. No puedo imaginar a {ese} Dios siendo compasivo cuando Ella se entere de lo que Piedad ha estado haciendo en Su templo.
— El Templo de Lunaris
Cuando Piedad estuvo... experimentando en mí, mi consciencia fue afortunadamente breve. En esos momentos de oscuridad adormecedora, me encontré con una presencia.

Inteligencia, poder, inmensidad más allá de mis penosos sentidos mortales. Para esta criatura, yo no era más que una gota de lluvia cayendo al mar.

Escuché a Piedad hablarle a sus lacayos sobre "La Bestia". Es la fuente de su taumaturgia, y el objeto de sus ambiciones. Creo que la "Bestia" de Piedad y esa entidad oscura son la misma cosa.

Donde sea que esté, sea lo que sea, La Bestia es la causa de mi malformación. No sería una exageración considerar que La Bestia sea la fuente de todas las malformaciones de Wraeclast.
— La bestia

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