Por favor, no te alarmes. No soy ni un monstruo ni un asesino, aunque esa {es} la dualidad de existencia que define a Sarn actualmente.
Mi nombre es Siosa Foaga, y tengo el deprimente honor de ser el único erudito del Intelecto del Imperio, el depósito de conocimiento que ves a tu alrededor. Que la razón nos guarde. — Introducción |
¡Un Karui! ¡Por los Ancestros! Hace mucho tiempo que no veía a alguien de los míos en carne y hueso.
Mi nombre es Siosa Foaga, y tengo el deprimente honor de ser el único erudito del Intelecto del Imperio, el depósito de conocimiento que ves a tu alrededor. Que la razón nos guarde. — Introducción |
{En circunstancias más mundanas sería absurdo pedirte esto, a ti que eres un completo extraño, pero ya que no sé en qué siglo volveré a ver otro par de manos de carne y hueso...
Hay una puerta, ¿sabes?, escondida detrás de los estantes, que lleva a los Archivos. Allí es donde Icius Perandus escondió sus Páginas Doradas. ¿Entiendes lo enloquecedor que es eso para mí? No, claro que no. Es ridículo que... bien, alcanza con decir que están fuera de mi alcance.
Son cuatro textos Vaal, con información histórica invaluable. Por favor, encuentra las Páginas Doradas de mi amigo y tráemelas. Serás recompensado. Lo juro ante los Ancestros.}{En circunstancias más mundanas sería absurdo pedirte esto, a ti que eres una completa extraña, pero ya que no sé en qué siglo volveré a ver otro par de manos de carne y hueso...
Hay una puerta, ¿sabes?, escondida detrás de los estantes, que lleva a los Archivos. Allí es donde Icius Perandus escondió sus Páginas Doradas. ¿Entiendes lo enloquecedor que es eso para mí? No, claro que no. Es ridículo que... bien, alcanza con decir que están fuera de mi alcance.
Son cuatro textos Vaal, con información histórica invaluable. Por favor, encuentra las Páginas Doradas de mi amigo y tráemelas. Serás recompensada. Lo juro ante los Ancestros.} — Cuatro páginas doradas |
Por los Ancestros, qué bueno es ver palabras frescas frente a mí.
Ahora bien, mis habilidades de traducción no son como las de Icius. Puedo hacer una mera paráfrasis, como mucho. Pero un poco de conocimiento es mejor que nada, ¿no es así?
Empecemos. — Cuatro páginas doradas |
El tapiz de la verdad es realmente una tela hecha jirones. Pero al menos me has permitido empezar a darle las primeras puntadas en pos de su restauración... y para poner en orden la memoria de un querido amigo.
A cambio, déjame darte esto. Un poco de sabiduría práctica para mejorarte. — Cuatro páginas doradas |
Es Tradición Karui observar a la naturaleza en su hábitat natural. El pez sin el agua ya no es un pez. Es la cena.
Los Eternos no lo veían de esa forma. Un Eterno atrapa el pescado, lo evisceran, lo preservan y lo colocan en una caja. Recién en ese momento un Eterno siente que realmente entiende al pez. — Archivos |
Mi palabra. La sintaxis Vaal contextualizada es claramente una anguila resbaladiza. Veamos si puedo agarrarla por las branquias...
Llevaron las gemas de virtud hacia... "la cama de Doryani"... no, no está bien. Ah, sí: la {cuna} de Doryani. El historiador finaliza diciendo que fue un precio que debieron pagar para asegurar el futuro de los Vaal.
¿Una cuna de gemas de virtud? ¿Qué tipo de "futuro Vaal" esperaba asegurar Doryani? — Traducción de la página 1 |
Espléndido. Veamos qué tiene para ofrecer esta página. Habla de la Reina Atziri. Aquí tenemos una línea de mal agüero:
{Ella baña sus altares con la sangre de aquellos suficientemente trastornados como para cuestionar su visión.}
La siguiente parte es un verdadero rompecabezas, pero creo que se refiere a una "comunión", ¿relacionada con la luna de cosecha? De nuevo, Doryani parece estar en el centro de todo.
Bien, esta línea la puedo leer sin problemas:
{Esta será nuestra última noche de miedo, nuestra última noche de sufrimiento.}
Sacrificio, comunión, la luna de cosecha... es una combinación perturbadora. — Traducción de la página 2 |
Oh, vaya, esta línea es aterradoramente clara:
{Nuestra Reina está muerta. Doryani está muerta. Tantos han caído. Tantos han cambiado.}
El siguiente texto es casi indescifrable. Prácticamente zumba de agitación. Déjame ver... puedo entender las palabras "dormir", "pesadilla" y... "la Bestia", sea lo que sea eso. Nuestro historiador finaliza con:
{Hemos triunfado donde nuestros antepasados no pudieron. Nos hemos fallado a nosotros mismos.}
No necesito imaginar la caída de los Vaal. Vi la pesadilla con mis propios ojos. — Traducción de la página 3 |
Extraño. Me pusieron a cargo de datar los textos más antiguos. Este pergamino es una copia extraordinaria, pero no es original. Es mucho más nuevo.
¡Oh no... escucha esto!
{Mi querido Icius,}
{He sido iluminado más allá de las expectativas. Tu trabajo al traducir estos artefactos merece la más alta recompensa, y por ello me siento feliz de ofrecerte una posición en mi laboratorio personal. Por favor no consternes a tus escoltas. Me vería muy apenado si un recurso tan precioso resulta dañado de algún modo.}
{Espero con ansias el momento de trabajar contigo, Icius Perandus.}
{Tu amigo y admirador.}
{Malachai}
Pobre, pobre Icius. A donde sea que hayas ido, mi pena va contigo. — Traducción de la página 4 |
Fue un {motiata} Karui el que descartó mi cuerpo deteriorado de carne y hueso en favor de lienzo y óleo. Una canción antigua y un lapso momentáneo en mi juicio que he tenido tiempo más que suficiente para lamentar. — La pintura |
Supongo que toda civilización tiene a su Doryani... su Malachai. Hombres de talento divino y ambición demente. Sin ellos, la historia sería mucho menos "interesante". — Doryani |
Cómo logró Malachai sobrevivir a la Rebelión de la Pureza, no lo sé. Estaba al lado del Emperador Voll antes de que el cadáver de Chitus se enfriara.
Supongo que a Voll, negarse se le hizo igual de difícil que a Icius. — Malachai |
Malachai no podría haber llegado tan lejos sin el mecenazgo de un emperador como Chitus. Pareciera que Doryani y la Reina Atziri tenían una relación similar.
Se decía que la hermosa Atziri "deseaba verse reflejada en las aguas de la historia". Chitus no era menos narcisista.
De todos los Pecados, Vanidad es el más horrible. — La reina Atziri |
Sarn cayó en el transcurso de una hora, no más. Una tempestad surgió desde las montañas y devoró a la ciudad, con lo que el día se hundió en oscuridad.
Vi locura en los ojos de mis colegas. Observé cómo los hombres más racionales del Imperio parloteaban, babeaban y se mataban los unos a los otros.
Fui testigo de cómo Trinian, nuestro Intelecto Primigenio gemita, fue devorado por el fulgor de su gema craneal ardiente y se marchitó como una uva al sol, hasta convertirse en una cosa desecada y hambrienta.
Vi a las montañas escupir fuego en Ngamakanui. Vi olas tan altas como árboles y vientos que aplastaban a guerreros y a muros por igual. La naturaleza es la naturaleza.
No había nada natural en el cataclismo. — Cataclismo |
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